Mientras que en el pueblo Abraracúrcix despide a sus portadores y nombra a Astérix y Obélix como sus nuevos portadores, al palacio del gobernador Graco Ojoalvirus en Condate (Rennes) llega el cuestor Claudius Sinusitus para verificar las cuentas del gobernador. Ojoalvirus, quien quiere hacerse rico durante su periodo de gobernador, quiere evitar a toda costa que el cuestor le quite su fortuna, por lo que decide asesinarlo poniendo veneno en su caldo de verduras. Sin embargo, a espaldas del gobernador, el cuestor manda a su escolta a la aldea gala para pedir la ayuda de Panorámix. Éste dice que lo único que puede curar al cuestor envenenado es una poción cuyo ingrediente esencial es una flor llamada «La Estrella de Plata» (Edelweiss), la cual se encuentra en las altas montañas en Helvecia (antigua Suiza). Para poder mantener con vida al cuestor y mantenerlo a salvo de su asesino, Panorámix propone llevarse al cuestor como rehén a su aldea mientras Astérix y Obélix emprenden el viaje a Helvecia. Panorámix le dice al gobernador que si ellos no vuelven, el rehén será ejecutado, lo que le permitió a Ojoalvirus idear un plan para evitar a toda costa que los galos volvieran con la Estrella de Plata.
Astérix y Obélix logran llegar a Geneva, donde son acogidos en un albergue por Guardiasuix. Cuando el gobernador Diplodocus es informado por su viejo amigo Ojoalvirus, manda a perseguir a los galos, por lo que Guardiasuix se los lleva al banco de Zúrix, quien los esconde en una caja fuerte. Con mayor seguridad, al día siguiente Guardiasuix se los lleva para dirigirse a Helvecia. Entonces, con ayuda de los helvecios, Astérix (con un inconsciente y ebrio Obélix) se dirige a las montañas para recoger la Estrella de Plata. Los guerreros galos llegan justo a tiempo para salvar al cuestor, quien le da una lección al malvado gobernador romano y termina celebrando un banquete junto a los galos (siendo el primer romano que comparte un banquete junto a los galos).