Este álbum marca un regreso a la aventura. Comienza a aparecer en el semanario Tintín, en septiembre de 1966, cuatro años después del fin de Las joyas de la Castafiore. Aquí nos reencontramos con Rastatopoulos, al que creíamos ahogado al final de Stock de coque, y a su amigo Allan.
Aparece una nueva figura: el riquísimo Lazlo Carreras, el hombre que no ríe jamás. Carreras es un millonario propietario de aviones, de compañías petroleras, de la bebida Sani-Cola. Este personaje fue inspirado por Marcel Dassault. Es un personaje paradójico: está entre los buenos, pero bajo el efecto del suero de la verdad se retrata como un ser sin demasiados escrúpulos a la hora de haber amasado su fortuna.
Hacia el final de la historia descubrimos a Mik Ezdaditoff , personaje que fue inspirado por Jacques Bergier, autor del libro Le Matin des magiciens y animador de la revista Planète.
Vemos aquí la fascinación de Hergé por los fenómenos paranormales y extraterrestres.